EL MANIFIESTO ARGENTINO FRENTE AL “MANIFIESTO” DE LA DERECHA DE LA DERECHA
En defensa de la vida y la democracia, intransigencia frente al dogma y al autoritarismo neoliberal
Varios ex presidentes, entre ellos Mauricio Macri, su socio Aznar (corresponsable de la desgracia que sufre nuestra querida España) y militaristas como Uribe, han emitido una declaración en contra de los pueblos.
Una vez más. La derecha de la derecha ha elevado su voz en defensa de un sistema neoliberal, frente a la pandemia, el dolor y la incertidumbre, ellos, con su ultra-dogmatismo, salen a defender los intereses del 1% de la población. De ese sector que se ha enriquecido con la destrucción del Estado de Bienestar, con el debilitamiento extremo de los sistemas de salud y de protección ciudadana. Son los representantes del capitalismo de catástrofe, de aquellos a los que no les importan los muertos, mientras ese grupo de supermillonarios puedan seguir maximizando sus ganancias.
Reiteran el oxímoron nacido de las entrañas de la revolución conservadora de Ronald Reagan y Margaret Thatcher en el que democracia liberal y economía de mercado son parte de un mismo modelo aun cuando la evidencia mundial deja a la vista que la economía de mercado significa la supeditación de la democracia a los intereses de un pequeño grupo de intereses superconcentrados que nunca se presentan a ninguna elección y sí muchas veces las manipulan.
Estos ex presidentes han encarnado, con diferencias, el alineamiento con las políticas más guerreristas de EE.UU en perjuicio de sus propios pueblos. Han sido promotores de la destrucción de derechos, han sido parte de las operaciones en paraísos fiscales para sustraer de los impuestos de sus propios países a sus ganancias (en muchos casos mal habidas). En otros casos sus partidos políticos han sido acusados, investigados y en algunos casos, condenados por financiarse ilegalmente.
Los demócratas verdaderos tenemos conciencia de que las medidas de emergencia no deben transformarse en una debilidad del estado de derecho ni en la profundización de la sociedad de control, que grandes empresas en acuerdos con los gobiernos de grandes potencias, utilizan para maximizar sus ganancias o para dominar el mundo
Ellos, los autoritarios, levantan la voz contra demócratas acusándolos de autoritarios. El dogmatismo de la derecha de la derecha no es ciego, porque en la defensa de su “mundo libre” nada dicen contra el espionaje en gran escala de sus amigos de la NSA o de los servicios de Inteligencia de las grandes potencias, ni nada dicen sobre las grandes empresas de internet que trafican con nuestros datos, acordando colaboraciones con esas agencias de inteligencia. Nada dicen del fascista Bolsonaro que lidera actos que promueven un golpe de estado en Brasil. Ni de Bolivia porque también firman los que avalaron el golpe de estado, ni de la represión de Sebastián Piñera a los chilenos porque firman los que la sostienen. O de Trump y su actitud irresponsable y demencial frente a la pandemia, que llega incluso a proponer inyectar desinfectante a los enfermos. Y hasta desfinanciar a la OMS porque no le gusta lo que dijeron de su tratamiento del Covid-19.
Es tan claro que defienden intereses, que la declaración, más allá de que nombra a otros países, está dirigida a la España con gobierno Socialista y de coalición, a la Argentina donde gobierna el Frente de Todos y al México de López Obrador.
Aunque es el club de los ex presidentes, sería un error minimizarlos. Subestimarlos es un pecado de soberbia que desprotege a las sociedades. Son peligrosos y no tienen escrúpulos. En su desatada agresión a las democracias populares, ni siquiera ven que acusan inclusive a Rodríguez Larreta, quién también está lidiando con medidas de control para cuidar a los porteños, pero es él quien se excede en la actitud anticonstitucional con los adultos mayores, infatilizándolos o mostrándolos como incapaces. Son los que se ofrecen como desestabilizadores de los procesos democráticos populares y en nuestro país, son los que están prestos para apostar al debilitamiento del gobierno nacional frente a la dura negociación con los acreedores por la deuda externa que ellos contrajeron. Son los mismos que le daban la razón a los fondos buitres, los que votaron a su favor, y que hoy, ante la amenaza de un Ceo de esos fondos al Ministro Martín Guzmán, se ofrecen para nuevamente dañar al país.
Mientras el mundo, desde distintas ideologías y pertenencias políticas, está pensando un rol más activo del Estado para la protección ciudadana, en la promoción del desarrollo, en salir de la pandemia, ellos atacan el estado y a la sociedad democrática. Estas medidas son las que pueden sacarnos de los efectos de 40 años de neoliberalismo, restricción y degradación de la democracia en general, incluso la liberal.
La humanidad, nuestros pueblos, Latinoamérica y España necesitan que los denunciemos, que mostremos que no representan una ideología sino propios y particulares intereses. Los peores.
Junta Ejecutiva Nacional
Mempo Giardinelli – Alejandro Mosquera – Rosana Herrera – Pedro Peretti
Graciela Bialet – Carlos Resio – Violeta Burkart Noé – Fernando Basso
Mesa Nacional
Graciela Rosso (Buenos Aires), Alex Boris Casanova Chavez (Buenos Aires), Mónica Mendoza (Buenos Aires), Alfredo Giorno (Buenos Aires) , Ángel Hugo Merlo (Buenos Aires), Raúl Torresán (Buenos Aires), Olga Centurión (Buenos Aires), Bernardo Carnelli (CABA) Guillermo Varone (CABA), Natalia Porta López (Chaco), Luis Robles (Chaco),Francisco Tete Romero (Chaco), Viviana Torres Alfaro (Tucumán), Ernesto Tito Fernández (Tucumán), Silvia Dias (Misiones), Alcira Cassino (Neuquén), Horacio Sánchez (Neuquén), Gerardo Nicolópulos (Salta), Carlos Bellagio (Salta), Julio Signes (Entre Ríos), Julio Arocena (Entre Ríos), Lucas Gómez Portillo (Mendoza), Patricia Laría (Rio Negro), Manuel Heil (Rio Negro), Paula Sosa (Santa Fe), Sebastián Cantoni (Córdoba), Juan Pablo Verguilla (Córdoba)